Santísimo Cristo de la Agonía

Sagrados Titulares Santísimo Cristo de la Agonía

La exigencia de la escena es que fuese un Cristo vivo, a punto de morir, destinado por la cofradía al llamado “paso grande” de la Crucifixión. Eran  aquellos momentos conflictivos para los cofrades que intentaban desvincularse de los frailes agustinos, en cuyo convento había nacido la cofradía. Religiosos que, por vía judicial, obligaron a reproducir algunas de las principales tallas de sus pasos procesionales, al considerar que las originales eran de su propiedad.

Juan Antonio de la Peña es considerado entre los más destacados escultores del último tercio del siglo XVII, siguiendo la estela de lo realizado principalmente por Gregorio Fernández. También era gallego de nacimiento, procedente del obispado de Mondoñedo. Venía trabajando en distintas obras relacionadas con los colegios de jesuitas, en el polémico relicario de Villagarcía o en alguno de los retablos del Colegio de Ingleses. Para éste “de la Agonía” siguió el modelo fernandino que podemos hoy contemplar en el paso “Sed Tengo” –la desamortización y el Museo reunió a las antiguas tallas que componían la escena hasta el pleito con los agustinos-.

Uno de los elementos magistrales fue la realización de la cabeza, cuyo gesto es de resignación ante el padecimiento. Antes de su presencia actual, en solitario, en las procesiones de su cofradía, acompañó una serie de años a la Dolorosa de la Vera Cruz en una escena que se titulaba “María al pie de la Cruz”, siguiendo lo que habían establecidos distintos grabados en los siglos XVIII y XIX. La imagen data del año 1684.

Javier Burrieza Sánchez. Historiador.

Todos los pasos, todas las pasiones. Publicado por El Mundo (pág. 56).